Adiós al dolor de espalda: entrena con cabeza y libérate del malestar
Uno de los motivos más comunes por los que la gente viene a entrenar conmigo es el dolor de espalda.
Lumbalgias, rigidez, sobrecargas… y lo peor: acostumbrarse a vivir con ello.
Lo que muchos no saben es que una buena rutina de fuerza, acompañada de estiramientos bien hechos, puede aliviar e incluso eliminar ese dolor. Lo he visto decenas de veces en el gimnasio.
1. El sedentarismo y la mala postura: enemigos silenciosos
Permanecer horas sentado, sin moverse, con la espalda encorvada frente al ordenador…
Todo eso debilita la musculatura profunda y sobrecarga otras zonas.
- ¿Qué explico siempre a mis clientes?
- La espalda necesita moverse, no estar quieta.
- Sin fuerza ni movilidad, el dolor se cronifica.
- La postura no se corrige con sillas, se corrige entrenando.
2. Entrenar la fuerza para proteger tu columna
Muchos tienen miedo de entrenar fuerza si les duele la espalda. Pero es justo lo contrario:
con una rutina bien diseñada, la fuerza estabiliza, corrige y alivia.
- Mi enfoque con personas con dolor de espalda:
- Trabajo de core (no solo abdominales, sino estabilización profunda).
- Ejercicios como peso muerto, hip thrust o remo adaptado, con técnica cuidada.
- Fortalecimiento de glúteos, espalda media y erectores espinales.
- Progresión lenta y controlada, sin forzar.
3. Estiramientos y movilidad: el complemento necesario
No basta con fortalecer, también hay que soltar, relajar y movilizar.
Los estiramientos bien hechos mejoran la circulación, la postura y reducen la tensión acumulada.
- Lo que siempre incluyo en mis rutinas:
- Movilidad de cadera, dorsales y hombros.
- Estiramientos dinámicos antes de entrenar.
- Estiramientos mantenidos y respiración profunda al finalizar.
- Técnicas de liberación miofascial cuando es necesario.
4. El entrenamiento como prevención a largo plazo
El objetivo no es solo que te deje de doler la espalda hoy, sino evitar que vuelva mañana.
Por eso trabajo con mis clientes a medio y largo plazo, creando rutinas sostenibles y adaptadas a su cuerpo.
- Pilares de mi sistema:
- Evaluación inicial de postura, movilidad y fuerza.
- Rutinas progresivas, personalizadas y supervisadas.
- Reeducación postural dentro y fuera del gimnasio.
- Hábitos saludables: caminar, levantarse, descansar mejor.
Conclusión: tu espalda necesita movimiento, no reposo
El dolor de espalda no se soluciona con reposo eterno ni con analgésicos.
Se mejora con entrenamiento inteligente, técnica, constancia y movimiento bien guiado.
Si llevas tiempo con molestias, no lo dejes pasar. Empieza a entrenar con sentido y recupera tu calidad de vida.
¿Quieres un plan adaptado a ti, con resultados reales y sin riesgos?
Escríbeme y empecemos a entrenar con cabeza. Tu cuerpo, tu salud y tus resultados te lo agradecerán.